jueves, 30 de enero de 2014

Un año más tarde...

FELIZ ANIVERSARIO!


El 29 de enero de 2013 aterricé en Londres Stansted con Ryanair. Hacía un viento horrible, que retrasó la salida desde Santiago de Compostela. Compartí vuelo por azar con Rodrigo, productor que conocí en Vigo y con el que me apetecían nuevos proyectos. La semana pasada fue su cumpleaños y a los pocos días emigró a Nueva York.

Ayer hizo un año que yo llegué a Petersfield, a casa de John. Mi viejo compañero Pep me esperaba con un trozo de tortilla y mucho cansancio acumulado. John estaba ya acostado y apenas pude entrever su mirada en la penumbra. Hoy me sé sus ojos de memoria, parecidos a los de mi padre.

Este país me sigue pareciendo de película. No por fabuloso, sino porque es cierto que dejan los contenedores a la puerta de las casas. Porque las casas se perfilan como los dibujos de mi sobrino, con su tejado a dos aguas y el árbol con pajaritos detrás. Porque las niñas van vestidas como barbies de rosa y brillantitos. Porque la gente lleva vasos de papel por la calle con su té humeante. Porque la gente mayor no se tiñe el pelo y les gusta comprar en el mercado. Porque las ancianitas se parecen a las abuelitas de todas las series y películas. Porque hay rubios por todas partes. Y porque dicen "Don't worry, everything is going to be allright" (No te preocupes, todo va a ir bien), aunque no tengan evidencia de ello.

Ahora vivo en un apartamento pequeñito, en un pueblo pequeñito. Trabajo en una fábrica reciclando decodificadores de televisión. Mi "toy-boy" (apelativo burlón que le ponen aquí porque Ben es más joven que yo) trabaja en la misma fábrica revisando discos duros como los de tu ordenador, Play-Station y decodificador. Y ya está, no hay más historia. A partir de aquí, vamos a vivir una película.

3... 2... 1... Acción!